sábado, 9 de enero de 2010

Yo también me adentro en estos mundos.
Espero poder salir después.



Esta vez la que aparece detrás de la puerta soy yo. Entro sin siquiera preguntar. Me sorprendes al verte salir de la ducha, deslumbrante. No puedo apartar mis dilatados ojos de tu mojado cuerpo, mientras tú te vas acercando a mí, y te vas deshaciendo de mi ropa, haciendo ver la posesión total que tienes sobre mí. Mientras, mi mirada te recorre, entera. ¿Desde cuando mi diosa se había vuelto de carne y hueso?

Me coges de la mano y vuelves dentro de la ducha llevándome a mí detrás. Comienza a caernos agua, te veo más guapa si cabe, entonces…decido besarte. Poco a poco los besos se hacen más intensos y profundos. Nuestras manos se pierden recorriendo cada centímetro de piel…