domingo, 10 de enero de 2010

Pequeños Delirios

Recién salidas de la ducha, algo indescriptible nos guía a la habitación. Nuestros cuerpos todavía mojados están sobre el colchón. Entonces mi musa, tú, te deslizas sobre mí, recorriendo todo mi cuerpo con tu lengua y tus labios, haciéndome estremecer. Esta noche somos solo tú y yo. No importa nada más y lo sabemos. El hecho de sentirte tan cerca, hace que pierda la cabeza, le excitación se apodera de mí.

Mi boca no deja de producir sonidos, que solo tú provocas en mí. Me atas las muñecas a la cama, después te deslizas por mi cuerpo, tocándolo todo. Abandonas tu posición por unos instantes y al no sentir mi cuerpo al tuyo ya te echa de menos.